martes, 3 de noviembre de 2015

PARA UN DEBATE EN LA MESA DE LOS JUEVES UN MINUTO PARA VOTAR Y CUATRO AÑOS PARA LLORAR Por Víctor Oscar GARCIA COSTA Estimados compatriotas: Vivimos un momento crucial en el destino de nuestra Patria. Hay que evitar una catástrofe, que se puede convertir en una tragedia nacional. Lo decimos con la misma responsabilidad con que, ante el silencio ingenuo o cómplice, denunciamos pública y anticipadamente los golpes militares del 28 de junio de 1966 y del 24 de marzo de 1976, y advertimos sobre las consecuencias trágicas que tendría para el pueblo argentino, lo que fue corroborado por los hechos: miles de muertos, perseguidos y exiliados. No somos peronistas. No somos kirchneristas. Somos socialistas y aspiramos a construir un socialismo argentino y para la Argentina. Nos consideramos los continuadores, sin claudicaciones, de la obra precursora, de Alfredo L. Palacios que inició y construyó toda la legislación protectora de los trabajadores, las mujeres y los niños que luego el peronismo y el kirchnerismo ampliaron. Tras esta presentación, queremos decirles que tenemos muy en claro que vivimos en una sociedad capitalista y en un mundo de contradicciones, La primera es la contradicción que existe entre explotadores y explotados, esto es; entre los dueños de los medios de producción y de cambio y los dueños de la fuerza de su trabajo. Téngase presente que sólo el 1% de la población mundial detenta el 70% de todo el poder económico. Con esto estamos diciendo que es tan brutal la desigualdad que no es posible creer en la conciliación de clases. No lo ignoramos ni lo olvidamos. Pero también sabemos y queremos decírselo que tenemos muy en claro que en el mundo en que vivimos hay una contradicción principal que enfrenta a nuestra Nación y su pueblo con los grandes poderes imperiales, económicos, financieros y mediáticos, capaces de distorsionar la realidad para luego intervenir militarmente y financieramente sobre las naciones que defienden sus recursos y se niegan a ser saqueadas por las grandes potencias. Siempre tienen aliados nativos. Ese saqueo se ve claro en las intervenciones militares de los EE.UU, y sus aliados, y de la Unión Europea en Afganistán, en Irak, en Libia y ahora en Siria y en Palestina. Son miles las mujeres y niños muertos con la metralla asesina movilizada para el saqueo de su petróleo y demás recursos o para el dominio del territorio. Como antes intentaron hacerlo en Vietnam y lo hicieron en todos los países de nuestra América derrocando gobiernos populares, robándoles sus riquezas y endeudándolos hasta límites insoportables. Ahora mismo lo hacen sobre sus propios aliados en la Unión Europea,:entre muchos otros, Grecia, España, Portugal han sido arrastrados, por endeudamientos y exigencias de ajustes, a verdaderas crisis terminales. En América Latina se ha ido produciendo un proceso de unificación de naciones hermanas que se han liberado de las garras imperiales y en su defensa han constituido el Mercorsur, la Unasur y la Celac y marchan hacia la concreción de la Patria Grande. Eso ha sido hecho por sus gobiernos populares, a los que el imperio y sus aliados acosan tratando de impedir la consolidación de ese proceso unificador y perturban la vida institucional de nuestras naciones. Para ello se utiliza sectores nativos -no nacionales- verdaderos mercenarios que sirven, conciente o inconcientemente, los intereses del imperio, anunciando crisis inexistentes, realizando denuncias falsas y promoviendo el endeudamiento, la desindustrialización, el desempleo, el ajuste, todo en perjuicio de las clases populares. La prensa mercenaria pone a su servicio la mentira y la desinformación. Tenemos claro que cuando a los países se los puede comprar es porque existen los que están dispuestos a venderlos y eso es lo que debemos evitar. Lo que está en disputa el 22 de noviembre, no son las personas de Scioli o de Macri. Lo que está enfrentado es, por un lado, el Proyecto Nacional y Popular que comenzó a concretarse en 2003 y que el pueblo ya disfruta y, por otro lado, el Proyecto del imperio y la oligarquía que propone devolvernos a la crisis del 2001, esto es al hambre, el endeudamiento y la desocupación. Por todo ello, invitamos a reflexionar y votar al candidato del Frente para la Victoria, recordando que hay un minuto para votar y cuatro años para llorar, porque después de las crisis, del desempleo, del cierre de fábricas, de la venta de las empresas estatales, viene la represión contra las clases populares que reclaman. Publicado en La Palabra de Ezeiza el 29 de octubre de 2015

martes, 22 de mayo de 2012

HISTORIAS DEL 1º DE MAYO



SOCIALISTAS Y ANARQUISTAS EN LOS
ORIGENES DE LOS CLUBES
ARGENTINOS JUNIORS Y CHACARITA JUNIORS

Por Víctor O. GARCIA COSTA

Todos creen que los socialistas y los anarquistas de
Argentina eran ajenos a la práctica de los deportes, en general,
y del más popular de los deportes, el fútbol, en particular. Pero no sólo no fue así, sino que los campeonatos internos de fútbol en el Partido Socialista, equipos, jugadores, partidos y resultados, quedaban registrados en las páginas de La Vanguardia. Allí, practicando el más popular de los deportes, encontramos nombres inimaginables, como el de Angel Gabriel Borlenghi, dirigente gremial socialista de Empleados de Comercio y luego ministro del interior en el gobierno del general Juan Domingo Perón.
Entre otros, hay dos casos paradigmáticos, ambos en el barrio de Villa Crespo, protagonizados por jóvenes de ambas ideologías: socialistas y anarquistas que fundaron dos clubes, inicialmente para la práctica del fútbol, que llegarían a ser importantes instituciones.
Uno de ellos, es Argentinos Juniors, cuya historia nos dice que jóvenes anarquistas se nucleaban en un pequeño club de fútbol, fundado un 1º de Mayo, al que llamaron "Mártires de Chicago", denominación con la que homenajeaban a los militantes obreros que por sus luchas en pro de las 8 horas de labor habían sido falsamente acusados, irregularmente juzgados y vilmente asesinados en los Estados Unidos, en 1886. Había sido un vulgar crimen, como lo señaló años después el gobernador de Illinois, John Peter Altgeld (1847-1902) al reivindicar a los asesinados.
Por su parte, un grupo de socialistas había constituido otro club de fútbol denominado "Sol de la Victoria", seguramente inspirados en un verso del Himno de los Trabajadores, de Filippo Turatti (1857-1932), que dice “splende el sol dell'avenire”, y que cantaban los trabajadores italianos en las concentraciones y manifestaciones socialistas.
Después de un partido de fútbol entre los dos clubes, disputado el 15 de agosto de 1904 en la cancha existente por entonces en Gaona y Añasco, en el que triunfó Mártires de Chicago sobre Sol de la Victoria por 3 a 1, los triunfadores invitaron a los vencidos a reunirse en la obra en construcción de Corrientes y Araoz para tratar la unificación de ambos clubes. Allí decidieron unirse bajo el nombre de Asociación Atlética y Futbolística Argentinos Unidos de Villa Crespo y eligieron como su primer presidente, proclamado por unanimidad, a Leandro Ravera Bianchi. Poco más tarde, por dificultades en la confección del sello de goma, debieron reducir el nombre de la institución, adoptando el de Asociación Atlética Argentinos Juniors. La secretaria fue instalada en Araoz 450, en la casa de los hermanos Agostini y, en reemplazo del blanco y verde que habían utilizado hasta entonces, adoptaron como color de la camiseta el rojo con vivos blancos, en razón de sus ideas socialistas, ideas triunfantes pocos meses antes: en las elecciones de marzo de 1904: Alfredo L. Palacios (1878-1965), había sido elegido primer diputado socialista de América y con sus proyectos había iniciado en el Congreso Argentino el Derecho de los Trabajadores.
El otro caso es Chacarita Juniors, fundado el 1º de Mayo de 1906, en el Día de los Trabajadores. La fundación se llevó a cabo en el local de la Sección 17ª del Partido Socialista, que estaba ubicado en las esquina de Dorrego y Giribone, hoy Dorrego y Córdoba. El nombre, Chacarita Juniors se formó haciendo referencia al barrio en que nacía y a la juventud de quienes lo fundaban. Los colores de su camiseta, escudo y banderas: rojo, blanco y negro son fáciles de explicar. Se eligió al Rojo en alusión directa al Socialismo que profesaban los fundadores. El blanco se tomó para expresar la pureza de intenciones de los miembros fundadores y el negro, por la cercanía al Cementerio.
Un día después de la fundación, el 2 de mayo de 1906, dejaron registrado el nombre de Chacarita Juniors, y conformaron la primera Comisión Directiva, encabezada por Maximino Lema, que fue el primer presidente de la historia del club.
Este año 2011 se cumplirán 121 años de la primera manifestación en la Argentina por las ocho horas de labor, lucha iniciada, entre otros, precisamente, por los Mártires de Chicago a los que recordaban y homenajeaban los jóvenes precursores de Argentinos Juniors. Esa manifestación se realizó el 1º de Mayo de 1890 en el Prado Español, en la calle República, la llamada “calle larga de la Recoleta” –hoy Avenida Quintana- y reunió a tres mil trabajadores de distintas nacionalidades –entre ellos, argentinos- bajo una persistente lluvia.
Curiosamente, el año del Bicentenario de la Patria y del 110 aniversario de la primera manifestación del 1º de Mayo en nuestro país, uno de esos clubes fundado por socialistas en un Centro Socialista –Chacarita Juniors- ha descendido de categoría y el otro, fundado por anarquistas y socialistas, Argentinos Juniors, se ha coronado campeón del Fútbol Argentino.

viernes, 14 de mayo de 2010

LA VERA HISTORIA DE LA MESA DE LOS JUEVES


La vera historia de
La Mesa de los Jueves

por Víctor O. García Costa

La historia de las peñas literarias, artísticas y periodísticas, reconocidas o no como tales, con nombre o sin él, efímeras o perdurables, podrían llenar las páginas de varios libros. En algún caso ya las han llenado. Quién no ha oído hablar de la Peña de Los Inmortales a la que concurrían, entre otros, Florencio Sánchez, Evaristo Carriego, Alfredo L. Palacios, o la Peña de pie, remedo culto de la «barra de la esquina», que con el citado Alfredo L. Palacios y Manuel Gálvez, entre otros, se reunía durante horas para charlar en la esquina de Florida y, por entonces, Cangallo y, de paso, mirar a las damas que por allí pasaban en coche y a pie, con sus enormes capelinas.
Sin embargo, vaya uno a saber por qué, no todas las peñas, algunas muy curiosas, han merecido quedar registradas en páginas histórico-literarias, para la posteridad. Entre esas peñas curiosas recordamos aquella en que el editor y librero Jacobo Samet se reunía con algunos amigos para charlar de diversos temas. Se denominaba La cofradía del Divino Botón y cada miembro llevaba un botón común en la solapa. El lema era algo así como: Omni humanum laborem est ad divinum botonem.
Reunidas en una casa, en un café o en cualquier otro lugar, cada una de ellas ha tenido y tiene su especial característica, algo que las hace diferentes de todas las demás. Así ocurre con La Mesa de los Jueves, alrededor de la que un grupo de periodistas se reúne a comer ese día en el restaurante «Plaza Asturias», situado en la esquina noreste de la Avenida de Mayo y Salta, conocida allí como La Mesa de los Periodistas y denominada por éstos, seguramente para no autoincrimarse con tan peligrosa actividad, La Mesa de los Jueves.
El dueño de «Plaza Asturias» era José Castro, «don Castro», un asturiano, padre de dos bellas hijas y colaboradoras, que gustaba fumar mal, comer bien y beber mejor, lo que hacía diariamente en una mesa de forma redonda, rodeado de sus amigos. Este mal fumar, más que el buen comer y el buen beber, le costó la vida luego de ir varias veces al Hospital de sus connacionales, del que volvía recauchutado para reiniciar la oculta fumata y prepararse para la opípara venganza que, normal e inocentemente, comenzaba con agua mineral o alguna gaseosa, vocación acuosa que no duraba mucho tiempo.
Don Castro era especialmente generoso con La Mesa de los Jueves y solía enviar unas botellas a su cargo que, por supuesto, eran recibidas de muy buen grado y cuyo contenido, cuidadosamente administrado «bajo protesto» por Ariel Delgado, se agotaba rápidamente en las copas de los comensales. Esta «sana» costumbre ha sido ratificada, afortunadamente, por los hermanos María, Celestina y José Castro, continuadores del negocio tras la muy lamentada muerte de su padre.
Cuando llegué a La Mesa, de la mano de Oscar Serrat, ésta ya tenía algunos años de existencia y no sólo registraba en su periplo distintas residencias, sino que había sido otro el día de reunión. Hubo que recurrir a Clío y a Cronos para encontrar sus raíces históricas, que se profundizan hasta principios de los años ’60, en una suerte de verdad histórica siempre susceptible de ser corregida y perfeccionada.
La Mesa de los Martes, tal su nombre de origen, se reunió inicialmente en un comedero de la calle Esmeralda, entre Lavalle y Tucumán, al que Pablo Giussani bautizó «La Asquerosería». Allí iban, entre otros, además de Giussani, Isidoro Gilbert, Rogelio García Lupo y Julia ’’Chiquita’’ Constenla.
Mas tarde, el grupo, más numeroso, se trasladó al «Zur-Post», restaurante del Hotel del Correo, en 25 de Mayo entre Corrientes y Sarmiento, al que asistían, entre otros, los periodistas Oscar Serrat, Jorge «Gamuza» Lozano, Rogelio García Lupo, Julia «Chiquita» Constenla, Pablo Giussani, Ignacio García, Ted Córdoba-Claure, Isidoro Gilbert y Ramón Garriga.
Cerrado el «Zur-Post», la reunión pasó al restaurante «Corrientes 11», en Corrientes entre Leandro N. Alem y Bouchard, próximo al Luna Park, luego al restaurante «El Cazador», en Reconquista entre Corrientes y Lavalle y más tarde a un café de la calle Talcahuano entre Corrientes y Lavalle, al lado de la Editorial Jorge Alvarez.
Después de un tiempo, alguien pidió al dueño del ex «Rincón Andaluz», de la calle Lima entre Independencia y Chile, que habilitara allí algún lugar para reunirse a comer. No duró mucho y los comensales se trasladaron al Sindicato de Cocheros, en México entre Salta y Santiago del Estero, hasta que se produjo el desplazamiento del grupo hacia el «Club del Progreso», en Sarmiento 1367, a instancias e invitación de Oscar García Rey, alrededor de cuya mesa se reunían más de 20 comensales, entre ellos: Oscar Serrat, Horacio Finoli, Marcos Taire, Rogelio García Lupo, Isidoro Gilbert, el citado Oscar García Rey, Ricardo Rojo, Rodolfo Nadra, Mario Monteverde, Emilio J. Corbière, Alberto Rudni, Norberto Vilar, Vicente López, Santiago Senén González, Sergio Villarroel, Rubén Cácamo, Alberto Alvarez Pereyra, Ricardo Kirchbaum, Adolfo Coronato, Andrew Graham-Yooll, Antonio Rodríguez Villar, Julio Diez, Jorge Rocha Demaría y Raúl Monastersky, para luego recalar por un tiempo en el restaurante «Yapeyú», de Maipú entre Sarmiento y Corrientes, cuyo adicionista, a quien llamaban «el ronco», era Raúl Lastiri. El mismo que en 1973, tras la renuncia de Héctor J. Cámpora, iba a ser presidente de la República, precediendo a la tercera presidencia de Juan Domingo Perón.
Después de volver al «Club del Progreso», al que retornaría otras veces, el grupo se trasladó al restaurante «Plaza Mayor», de Venezuela y San José y luego al restaurante «Campo di Fiore» donde se produjo el desdoblamiento del grupo, aunque debe reconocerse que entre algunos integrantes de las mesas «de los Martes» y «de los Jueves» siguió existiendo un sistema de vasos comunicantes.
La Mesa de los Jueves, primero, hacia 1993, se reunió en el restaurante «El Ruedo», también de Don José Castro, en Sarmiento entre Rodríguez Peña y la Avenida Callao, luego en el restaurante «Plaza España», asimismo de Don José Castro, en la esquina noreste de Avenida de Mayo y Santiago del Estero, para anclar en el restaurante «Plaza Asturias» del citado Don José Castro, en una relación con él y con sus hijos que ya lleva 15 años
La Mesa de los Jueves tiene sus infaltables y sus esporádicos. Para algunos, entre los que me incluyo, La Mesa de los Jueves es un compromiso sagrado. Por otra parte, sus efectos terapéuticos suelen ser más baratos que una consulta psicoanalítica. Para otros, sin dejar de serlo, puede haber alguna justificación laboral para la ausencia esporádica. Entre los esporádicos madrugadores estaba Carlos Chiavarino, ya fallecido, y entre los remolones, luego transformado en madrugador, Juan José García, conocido como «Primo». Si bien este último, que es asturiano, no ha sido propiamente un periodista, ha realizado muchas tareas para publicaciones republicanas españolas en Argentina durante la guerra civil que asoló España desde 1936 hasta 1939 y después de ella. También tiene sus personajes, como Néstor Bordalejo que, fiel a su pensamiento libertario, afirma a quien quiera oirlo: «Arriba de mí, sólo el sombrero»
No es una Mesa misógina porque la presencia femenina, lamentablemente minoritaria, queda registrada con las infaltables Graciela Petcoff, hasta su ida al interior, María Esther Alvarez y Rosa Lipshitz y las esporádicas Stella Calloni Leguizamón y Julia «Chiquita» Costenla. También hay algunos «aviadores» que aterrizan de vez en cuando, como Emilio Leonardo Perina, José María Marcos, Manuel García Ferré y Aníbal Sicardi, periodista y pastor, que ha pasado de esporádico a aviador, como consecuencia de su destino montevideano, primero, y bahianoblanquense, después, y cuyas «bendiciones» se extrañan atento a la «religiosidad» de La Mesa.
La Mesa no tiene dueño o anfitrión. Es, simplemente, La Mesa y está abierta a nuevas llegadas, pero como priman el espíritu de cordialidad y el recuerdo de los obligados cambios de bujío, es normal que cuando alguno quiere invitar a alguien pregunte si hay inconvenientes para que asista, lo que normalmente se resuelve favorablemente sin dificultad.
El primero en llegar y ocupar una esquina de la Mesa era, hasta hace poco, Ariel Delgado, a quien otro asistente esporádico, Gustavo Soler, al dedicarle su libro de poemas American Stress descorporizó en hermosa página transformándolo en La Voz. Luego, y hasta su voluntaria desvinculación, llegaban Marcos Taire y Horacio Finoli, conocedor de vidas y milagros que, respondiendo sin duda a su apellido, venía de traje, con camisas y corbatas de antología.Con intermitencias, también, Norberto Vilar.
Lo normal es que cada uno que llega reparta entre los demás un libro suyo, cuando no un artículo publicado en algún órgano de prensa, un periódico o una revista, o algún material de interés levantado de algún diario local o extranjero. Esto hace que nos vayamos del Restaurante no sólo con el estómago lleno, sino también atiborrados... de papeles.
Política e ideológicamente, en La Mesa hay de cada pueblo un paisano y ninguno se enoja por las chanzas en relación con sus simpatías y posiciones políticas o ideológicas, pero La Mesa tiene un carácter unívoco cuando se trata de defender el derecho a manifestar las ideas y los derechos humanos, esto es el conjunto de derechos personales que integran la libertad. En ese punto no hay diferencias y todos tienen un largo camino recorrido, muchas veces penosamente, al servicio de la noble causa. Asimismo, todos tienen claro el choque inevitable entre la independencia de su ejercicio profesional -que se defiende a ultranza- y la relación laboral.
Para los asistentes a La Mesa de los Jueves, bien servida y bien regada, al menos una subida al toilette es necesaria, lo que cada uno, de acuerdo con su antigüedad periodística, anuncia al resto diciendo «voy a la Sala de teletipos» o «voy a la Sala de cables» o «voy a la Sala de computadoras». Las damas también van… pero no dicen nada.
Algunos de los comensales tienen muy antigua relación, tanto que vienen de épocas en que ni soñaban dedicarse al periodismo. Así, el recordado Mario Monteverde y Gustavo Soler se conocían desde su concurrencia al Colegio Nacional Buenos Aires. Por su parte, el que esto escribe ha sido compañero en la escuela primaria de Santiago Senén González, a quien llama compañerito, y amigo de la infancia, en el Barrio de Montserrat, de Gustavo Soler desde poco después de la llegada a Argentina de la familia de éste, tras el fin de la guerra civil española.
En La Mesa, cada uno hace su aporte, de acuerdo con sus inquietudes y conocimientos, pero hasta el tema más serio está rodeado de la cuota de gracia, de la broma oportuna, ora en el relato, ora en la interrupción.
Aunque algunos se marchaban al finalizar el almuerzo, como Ariel Delgado, que se iba a descansar, u Oscar Serrat, que se va a a trabajar, la sobremesa suele ser larga, alimentada generosamente, ahora por las hijas de Don Castro, con cafés, algunos licores o unas copas de champagne. Los más sobremeseros, incrementados por los «cafeteros» que llegan al final y comparten el café, son ahora, Santiago Senén González, Juan Carlos Nicolau, Fernando Finvarb, Arnaldo Goenaga, Juan Bazán, Juan Montenero, Juan José García, Helio Milton Callico Peña, Andrew Graham-Yooll y el que esto escribe, aunque el desgrane continúa hasta que todas las mesas -menos la nuestra- están preparadas para recibir a los comensales de la noche.
Cada uno tiene su frase de llegada: «Amigos del automovilismo...», decía Mario Monteverde. «Los hombres no se besan...» dice Santiago Senén González antes de dar un beso a los comensales que no se resisten a ese saludo que, por supuesto, no se hace «a la rusa», «Primero voy a saludar al Maestro...» decía el que esto escribe dirigiéndose al encuentro con Ariel Delgado. También había y hay frases de salida: «Les dejo mi cariño...que no es poco», decía Horacio Finoli o «Ahora me voy a la milonga», con que suele regocijarse Juan Montenero, y hacia donde se va en serio.
Plaza Asturias es un restaurante muy concurrido y, por lo tanto, algo ruidoso. Como no todos los participantes de la Mesa hablan con estridencia, por momentos se hace difícil mantener una conversación. El que más se queja es Gustavo Soler que gusta hacer incursiones por la mitología y la historia literaria, la mayoría de las veces tapadas por un molto vivace infernal, propio de un espectáculo del Dante. Cuando el restaurante va quedando vacío, la conversación se profundiza en la sobremesa, en la que generalmente alguno de los comensales expone sobre un tema. Algunas veces se escucha al expositor y en otras se debate.
La Mesa no es la de la última cena, ni la redonda de los caballeros, pero merece, a nuestro juicio, sino quedar registrada en una tela o en una narración literaria, al menos quedar anotada en estas páginas, actualización de la ya publicada en la revista que la Mesa edita y que se llama «La Mesa de los Jueves».
Entre todos sumamos como un millón de años… de actividad periodística, porque continuamos siendo jóvenes. La Mesa no es una cofradía pero cada uno de sus integrantes atesora una suerte de constancia participativa: una minúscula mesa de maquetería, hecha en cedro y que en su panoplia, sobre una chapita de bronce, lleva grabados La Mesa de los Jueves y el nombre del participante. Tambien, la Mesa otorga a sus invitados especiales un hermoso porta tarjetas, en metal blanco, con similar grabado.
La Mesa recuerda afectuosamente y con cierta nostalgia a los que se han ido: Mario Monteverde, Emilio J. Corbière, Ariel Delgado y Carlos Chiavarino pero tiene la convicción de que ellos han formado entre nubes placenteras otra Mesa de Los Jueves y que han encontrado en don José Castro, que también se ha ido, una Plaza Asturias celestial.

jueves, 5 de abril de 2007

A 25 AÑOS DEL 2 DE ABRIL DE 1982

LAS ISLAS MALVINAS. UNA HISTORIA INCOMPLETA
Por Víctor O. García Costa
Tenía pensado escribir sobre el tema Malvinas al aproximarse el 25 aniversario de la recuperación de las Islas, pero decidí esperar, convencido de la oportunidad y certeza del refrán que dice que “no por mucho madrugar se amanece más temprano”. La espera me permitió comprobar que poco nuevo se puso en conocimiento público en estos días, que el recordatorio siguió acusando grandes olvidos y que hay grandes sectores de la vida nacional con rica presencia, que aparecen como ausentes antes, durante y después del conflicto bélico. Ha habido en estos días, mucha anécdota, poca historia y saltos, como sobre ascuas, por sobre importantes episodios transcurridos entre el 2 de abril de 1982, día de la recuperación, y los días de junio de ese año, en que se reconoció la derrota militar.No quiero hablar ahora de los grandes capítulos que continúan en silencio. Lo iré haciendo en sucesivos artículos. En éste, sólo quiero señalar que ningún órgano de prensa, ni periodista, gráfico, radial o televisivo recordó que hasta 1934 jamás el Congreso Argentino había tratado el tema Malvinas. Al Parlamento llevó la denuncia de la usurpación, por primera vez, el Senador Alfredo L. Palacios al plantear, el 21 de septiembre de 1934, la necesidad de que la Comisión Nacional de Bibliotecas Populares, hiciera una edición en castellano del libro de Paul Groussac, en francés, Les Iles Malouines, publicado por la Editorial Coni en 1910. En la oportunidad, Palacios señaló que era necesario “que todos los habitantes de la República sepan que las islas Malvinas son argentinas y que Gran Bretaña, sin título de soberanía, se apoderó de ellas por un abuso de fuerza”.Convertido su proyecto en ley 11.904 se encomendó a la Comisión Protectora de Bibliotecas Populares, presidida por Juan Pablo Echagüe, además, compendiar la obra de Groussac a efectos de distribuirla en todos los establecimientos de enseñanza de la Nación. Así conocieron los niños y adolescentes argentinos los derechos argentinos en Malvinas.El senador Palacios no dejaría de volver sobre el tema en 1936; 1939; 1941; 1961 y 1964, pocos meses antes de morir.Ese mismo año 1934, Palacios publicó el primer libro argentino sobre la materia: “Las Islas Malvinas. Archipiélago Argentino”, editado y reeditado en 1946 y 1955 por Claridad, con un material completísimo que reúne todas las razones históricas, geográficas y políticas que respaldan los derechos soberanos de Argentina en Malvinas.También se ha olvidado que en casa de Alfredo L. Palacios, Charcas 4741, el 19 de octubre de 1939 se fundó la Junta de Recuperación de las Malvinas, presidida por él e integrada, entre otros, por los escritores Juan Carlos Moreno y Antonio Gómez Langenheim, autores de importantes obras sobre las Malvinas.Muchos años antes, en 1898, otro socialista, Roberto J. Payró en su extraordinaria obra La Australia Argentina, denuncia la usurpación y se queja de la nomenclatura inglesa en la región patagónica. En 1940, en su trabajo Argentina, y en 1946. en su libro Las Islas Malvinas, otro socialista, Alberto Gerchunoff, decía con un dejo de impotencia: “Nos resignamos, pues, y continuamos leyendo la literatura de los cancilleres, en que se seguía, de lapso en lapso, recordando a Gran Bretaña que nos debe devolver lo que nos hurtó en 1833, esas Islas Malvinas, amadas con desinteresado amor porque nos las habían quitado con la razón brutal de la fuerza, y que veíamos, esfumadas en la niebla, agobiadas en la melancolía de su silencio, en los brazos del círculo muerto del Polo Sur”.

sábado, 17 de febrero de 2007

LA MUERTE DE HERMINIO IGLESIAS

UN RECUERDO DE HERMINIO IGLESIAS

por Víctor O. GARCIA COSTA
Ha fallecido el dirigente peronista Herminio Iglesias, que ocupó importantes cargos en la conducción de su Partido y fue Intendente de Avellaneda y Diputado Nacional. Provenía del movimiento obrero, en el que había sido metalúrgico en Avellaneda.

Amado y odiado, se le endilgó sin fundamento la culpa de la derrota de la fórmula justicialista Luder-Bittel por la fórmula radical Alfonsín-Martínez en las elecciones de octubre de 1983, a raíz de haber procedido a quemar un ataúd con los símbolos de la Unión Cívica Radical durante el acto justicialista de cierre de campaña en el palco levantado frente al Obelisco. No se pierde una elección por un acto folklórico. Hay y hubo razones más profundas para esa derrota.

De origen muy modesto, intuitivo y rudimentario, Herminio Iglesias fue motivo de chanzas y verdugueos porque dijo en un reportaje “conmigo o sinmigo”, lo que luego dio lugar a largos debates académicos sobre la procedencia o improcedencia del segundo vocablo

Era un hombre de acción, de lo que tenía diversas huellas en su cuerpo, producidas por tajeadas y balazos Lo traté en muchas reuniones políticas y me encontré con él varias veces en un local de la calle México donde Herminio solía jugar al billar y si bien es cierto que se lo ha criticado con dureza, debo decir que fue un dirigente con códigos y que su palabra tenía más valor de compromiso que el de muchos dirigentes políticos que he conocido.

Fue un luchador muy valiente en la provincia de Buenos Aires durante la dictadura de Onganía y recuerdo un episodio durante la dictadura instaurada en 1976. Nos habíamos reunido unos pocos en la Confitería del Molino para firmar un documento de escasas cuatro líneas reclamando por los desaparecidos, que yo debía llevar para la firma del doctor Balbín. Cuando estábamos en esa tarea llegó un dirigente político tucumano y nos dijo que por conversaciones que había tenido hacía pocas horas, la firma de ese documento podía traernos serios problemas personales por la reacción de la dictadura. Herminio, casi como una réplica a la advertencia, preguntó: ¿Dónde hay que firmar? y estampó su firma.

No he tenido con Herminio Iglesias prácticamente ninguna coincidencia ideológica ni metodológica, pero creo que es honesto, sobre todo cuando se ha ido de la vida, recordar ese gesto valiente que, seguramente, nadie memorará, ocupados todos con el cajón quemado y el conmigo y sinmigo.

sábado, 3 de febrero de 2007

editorial

NUESTRA MESA SIGUE SU MARCHA

Ha transcurrido un año más y no ha sido en vano, ni de tiempo perdido. La verdad es que estamos contentos. A pesar de tantos años en la acitvidad de escribir, debemos decir que hemos aprendido mucho. Siempre se aprende. Suele decirse que uno aprende hasta en el último instante de la vida. Y es verdad, al momento de morir se aprende a eso, precisamente, a morir, cosa que se desconocía.Además de comer, todos los jueves, hemos hecho varias cosas, algunas bien, otras no tan bien, hemos acertado en unas y nos hemos equivocado en otras, pero de todo hemos sacado experiencias provechosas.Cuando repasamos lo hecho por todos los que formamos la Mesa, nos parece que tenemos derecho a darnos el gusto de una cierta satisfacción. La Mesa tiene su símbolo, una mesita tallada en madera, con el nombre de cada integrante inscripto en una chapita de bronce que le reconocer el carácter de miembro de la Mesa. La Mesa tiene una poesía y un tango dedicados, cuyos textos han sido pintados por un fileteador argentino. La Mesa tien su Revista, ésta que está en sus manos, que es conocida en todo el ambiente periodístico y de la que se han reproducido en otros medios varios de sus artículos.La Mesa tiene su cuadrito fileteado, con su símbolo. La Mesa ha sido valorada por los organismos sociales de la ciudad y ellos han votado para que el Gobierno de la ciudad de Buenos Aires la reconozca mediante una placa y un diploma como Vecino Participativo. La Mesa ha hechos sus cursos de complementación periodística y de esa experiencia nació la idea de una actividad radial. Así, La Mesa de los Jueves tuvo un programa radial de dos horas todos los jueves. Todo eso ha sido hecho sin institucionalización alguna, con la buena voluntad de los que han querido participar y colaborar generosamente, siempre despersonalizadamente y a nombre de toda la Mesa.Para el año 2007 y con la experiencia acumulada pretendemos mejorar esta Revista, retomar los Cursos, reiniciar la audición radial y poner en marcha la Cooperativa de Ediciones.Ni locos reemplazaríamos los almuerzos por esas actividades. Muy por el contrario, de esos almuerzos han surgido las ideas para hacer lo que hicimos y para hacer lo que ha-remos.El próximo número de la revista corresponderá al primer trimestre del año 2007. Deseamos a todos un próspero año nuevo. Cordialmente.La Mesa

ACERCA DE ALGUNAS EXPRESIONES DEL QUIJOTE

por Sigfrido Samet
’’(...) es querer atar las lenguas de los maldicientes lo mismo que querer poner puertas al campo’’. (Don Quijote a Sancho).

Muchas palabras y expresiones del Quijote han cambiado de significado, pero algunas siguen usándose con el sentido arcaico en otros lugares, lo que muestra que las lenguas romances divergían de su común raíz latina en tiempos de Cervantes menos que hoy.
Los relatos que integran la novela han sido tratados de diferentes maneras por muchos otros autores: se refieren a temores, ansiedades, intereses, deseos y fantasías comunes a todos los seres humanos. Y las sucesivas reelaboraciones han enriquecido la lengua y el habla en la que estamos inmersos. Hablar es la actividad más creativa; aunque usemos las mismas palabras, cada persona, y cada vez que habla, modifica el peso semántico de cada una.
Tal vez la frase más frecuentemente citada de don Quijote sea la que dice durante la búsqueda del palacio de Dulcinea del Toboso*, que creían ver a lo lejos. Al acercarse comprueban el error (p. 610) y don Quijote dice: ’’Con la iglesia hemos dado, Sancho’’. No ’’topado’’; de manera que esta frase no parece tener el sentido de que la Iglesia se oponga a algún proyecto, que se le suele atribuir, como aclara la nota 8 de Francisco Rico. Otra cita muy frecuentemente atribuida a don Quijote dice: ’’¿Ladran Sancho? Señal que cabalgamos’. Sin embargo, no figura en el texto, lo que es una lástima, porque haría de Cervantes un precursor de la semiótica.
En p. 645, el Caballero del Bosque menciona a ’’los valientes Toros de Guisando’’. La nota 8 dice que ’’valientes’’ significa aquí grandes, descomunales, y que esas figuras de piedra están en Guisando, Provincia de Ávila. Pero parece haberse deslizado un error, ya que les atribuye un origen paleolítico. En realidad, son obra de los celtas, en el siglo IV o III a.C.
En la p.1122, José Manuel Blecua cita a Rafael Lapesa acerca del estilo de Cervantes: ’’La frase corre suelta, holgada en su sintaxis, con la fluidez que conviene a la pintura cálida de la vida (...)’’. Es muy cierto, salvo una excepción en p.1041, donde dice: ’’que no puedo negar que no lo quiera’. ¡Tres negaciones seguidas!
Pero estas observaciones son pelillos en la mar de joyas literarias y de ideas, de las que daremos algunos ejemplos; pero primero comentaremos algo sobre los cambios que el tiempo imprimió en las palabras.
Palabras cuyo significado ha cambiado
Hoy ’’de nuevo’ significa repetir, pero en tiempos de Cervantes (p.112) era justo lo contrario: por primera vez. ’’Corto de razones’’ (p..558) no era falto de inteligencia, sino poco hablador.
Cuando un recitante (p. 626) se refiere al autor, alude al director de la compañía, que representa autos, pequeñas obras teatrales. ’’Golosina’’ p. 681) es ’’glotonería’’ (de gola= garganta). ’’Desconocida’’ (p. 709 es ingrata. Y ’’lamentables tragedias’’ (p. 667) no es que haya que lamentar su baja calidad, sino que provocan lamentos al representar sucesos que emocionan. De la misma manera, una persona que (p. 706) no es nada asquerosa, no alude al efecto que ella ocasione en otros, sino a los que ella sufre, es decir que a nada hace ascos.
’’Altas voces’’ (p. 710) no implican intensidad de sonido, sino palabras solemnes.’’Además’’ (p. 908) no anunciaba un nuevo item, sino que significaba en sumo grado. Para nosotros ’’tal vez’’ es quizá, pero para don Quijote (p. 982) era alguna vez.
’’Te prometo’’ (p. 951) era te aseguro. Sin embargo, aunque no sea de uso corriente, la argentina María Elena Walsh escribió en una canción: ’’Mentiroso el Rey promete/que lo tiene el Gran Bonete’’.
En p. 954 advierten del peligro al Gobernador Sancho Panza a los gritos de ’’¡arma, arma!’’. Hoy diríamos al arma o, todo junto, alarma: hay que coger las armas. Pero si sentimos alarma, por ejemplo ante una epidemia, en ningún momento pensamos en coger armas, salvo, si es posible, vacunarnos. (Aunque las ’’vacunas’’ de hoy nada tengan que ver con las vacas). De la misma manera, en p. 1059 alguien se despide diciendo ’’A Dios’’. Hoy diríamos todo junto, tal vez sin siquiera percatarnos de que estamos mencionando al Señor.
Palabras cuya acepción arcaica está aún vigente en otros países.
Curiosidad, curioso, curado, salvo en p..737, en la que tiene el mismo significado actual, en p.11. y 811, significan cuidado, cuidadoso, igual que en italiano, donde las películas son ’’a cura de...’’. Naturalmente, los curas de la Iglesia son los cuidadores del rebaño.
’’Rata’’ (p. 1838) significaba en proporción al tiempo, y así se sigue utilizando en Italia para las ventas a plazos. Y ’’cautiva’’ (p.189) era mezquina, malvada, se sigue utilizando en Italia como ’’cativa’’. ’’Fenestras’’ (p. 194) era ventanas y lo sigue siendo en Francia (fenaitre) y en Italia (finestra).
’’Miémbrese’’ (p..301) era recuerde, y parece similar al ’’remeber’’ inglés. ’’Velludo’’ (p..28) era terciopelo, que en Italia sigue llamándose ’’velluto’’. ’’Hopo’’ (p. 91) era un mechón de pelo o barba; en Argentina se llama ’’jopo’’.
’’Aficionados’’(p. 278) significaba afectuosos, lo que recuerda al francés amateur. ’’Físicos’’ (p. 1083) eran los médicos, que en inglés se siguen denominando ’’physicians’’.
Y en p. 954 dice ’’pero no sólo no lo supo pero añadiéndose al ruido de voces y campanas (...)’’. El primer ’’pero’’ es similar al nuestro, en cambio el segundo significa ’’sino que’’, como en Italia.
’’Luego luego’’ (p. 36, 521 y 672) significaba inmediatamente y sigue en uso en México.
’’Frazada’’ (p. 138) era manta de lana y lo sigue siendo en Galicia y en Argentina.
’’Quebrada’’ (p. 221) designaba un paso angosto entre dos peñas y sigue en uso en Argentina, como también el de ’’¡guarda!’’ por ¡cuidado! (p. 545).
’’Estribando’’ (p..530) significaba sosteniéndose, apelando a la función del estribo en la montura. En Argentina no es de uso corriente, pero el tango ’’Del barrio de las latas’’, letra de Emilio Fresedo y música de Raúl de los Hoyos, fue cantado por Gardel en 1926, dice:
Del barrio de las latas
Se vino pa’ Corrientes
Con un par de alpargatas
Y pilchas indecentes.
La suerte tan mistonga
un tiempo lo trató,
hasta que al fin un día
Beltrán se acomodó.
hoy lo vemos por las calles
de Corrientes y Esmeralda
estribando unas polainas
que dan mucho dique al pantalón.
’’Divirtiéndose’’ (p. 603, 664) significaba desviándose. En p..818 equivale a distraído, es decir ’’con el pensamiento desviado’’. Tal vez ese sea el origen de la acepción de entretener o recrear, pues consisten en ’’desviar’’ la actividad de lo obligado. En Inglaterra se sigue usando ’’diversión’’ como desvío.
En p.694 aparece el uso de «cola» como último. En Argentina los niños jugaban a las bolitas (canicas); el último tenía ventaja, y por eso cuando se encontraban dos niños, se apresuraban a vocear: «Bolita, cola, de endeveras» («de veras» era cuando el perdedor perdía su bolita; sino no era así, el juego era ’’de mentira’’).
Otras expresiones
’Vale’’ (p.14, 1106) es una despedida de origen latino, que significa que estés bien. Como se sigue usando en España, tal vez haya cambiado la percepción de los usuarios (¿cómo si fuera una confirmación de lo dicho, que tiene valor?). En Venezuela (Ref.11) ’’vale’’ significa cuñado, pero ’’cuñado’ significa compañero, camarada. (Y compañero, cum panis, era quien compartía el pan, como camarada era el que compartía la cámara o cuarto).
’’En pelota’’ (p. 139, 1086) era en pelo, desnudo. Pero en p.1086 significa en mangas de camisa. Parece equivaler al uso actual de estar ’’en pelotas’’, que, curiosamente, se aplica también al género femenino.
En p.957 menciona ’’gazpachos’’, y la nota aclara que se trata de una sopa caliente de pan y carne. Hoy llamamos gazpacho a una sopa fría de tomate, pepinos, ajos y aceite, como la que Lorenzo Díaz llama ’’Gazpacho Moracho’’ (Ref 8, pg.183). Pero, efectivamente, los ’’Galianos’’ o ’’Gazpachos de Pastor’’ (pg.74) es un plato caliente y de carnes (perdiz, liebre, gallina y conejo) con pan.
En p..603 aparece ’’coche’’ como cerdo. En p..1064 comienza el Capítulo LXVIII titulado ’’De la cerdosa aventura que le aconteció a don Quijote’’. La nota 1 aclara que cerdosa se refiere a ’’(ganado de) cerda’’ y que recién en el siglo XVII se generalizó ’’cerdo’’ con el sentido de puerco, chancho.
En p. 627 habla de ’’farándula’’, compañía de teatro ambulante. Actualmente el significa- do se extiende al mundo del espectáculo.
En p. 79 aparecen dos frailes ’’caballeros sobre dos dromedarios’’. No se si en aquella época eran frecuentes los dromedarios en España. ’’Caballero’’, naturalmente, es quien monta a caballo, pero al parecer Cervantes lo generaliza al hecho de montar, independien-temente del montado. Y la modernidad abstrajo más aún el significado haciendo a ’’caballero’’ sinónimo de hombre, montara o no. Hoy habría que reemplazar ’’caballero’’ por automovilista. Claro que sería una designación aplicable tanto a hombres como a mujeres. Pero veamos lo que dice la Dolorida en p. 850: ’’desde aquí al reino de Candaya, si se va por tierra, hay cinco mil leguas, dos más o menos; pero si se va por el aire y por la línea recta, hay tres mil y doscientas y veinte y siete’’ Continuará